Ritmo no uniforme


Ritmo no uniforme: los sonidos no articulan siguiendo una constante en el tiempo, así el discurso se detiene en algunos sonidos más que en otros facilitando la percepción en unidades.



Se distinguen dos especies rítmicas dentro del ritmo no uniforme:

e                    Ritmo libre: no permite a la percepción estructurarse alrededor de una pulsación ya que los intervalos que separan los ataques de los sonidos no guardan una relación proporcional entre sí.
Ejemplos son la salmodia gregoriana, los recitativos de obras dramáticas y religiosas, las cadencias de los solistas en los conciertos, los solos instrumentales, el hablar, etc.







En el ejemplo del Canto gregoriano, el ritmo estaba dado por la oración y la palabra. No existían aún los compases. Las pausas estaban dadas por la respiración



En el ejemplo del solo de guitarra, el ritmo es libre (excepto cuando rasguean que marcan un ritmo pulsado).



En el final de la obra, en el minuto 5'49'' aparece la cadenza o cadencia, donde el ejecutante interpreta un pasaje improvisado o escrito, normalmente con un estilo rítmico "libre" y a menudo como exhibición virtuosística.


e                     Ritmo pulsado: los sonidos se articulan respetando una proporción temporal, la mayoría de la música occidental es pulsado. Es decir, los intervalos de tiempo son proporcionales entre sí (un intervalo equivale a la mitad del siguiente, o al doble, la tercera parte, etc., de otro).




Nuestra percepción registra la proporcionalidad de los intervalos de tiempo y elige una unidad de medida temporal, el pulso, que le permite no sólo comprender como está organizado el fluir rítmico, sino también anticipar los posibles momentos de aparición de los próximos sonidos.



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